El refugio y la carta
Todos buscamos nuestro refugio, algo que hacer para escapar de nosotros mismos, de nuestra realidad, de nuestra relatividad. Lo hacemos para soportar la vida que casi9 nunca sale como la planeamos, que siempre esta tan llena de sorpresas. Mado se preguntaba si el Divino también debía refugiarse cuando le llego un mensaje anónimo que en un comienzo leyó con curiosidad. Decía lo siguiente:
Yo soy el hijo de Dios dijo cristo y todos se sorprendieron de esta verdad obvia ya que todos somos hijos de Dios. Si, tu también eres hijo de Dios.
Yo soy Dios también es una verdad evidente ya que todos somos Dios.
Nada de esto es especial, cristo era una persona, un humano, como tu y como yo.
Un hijo de Dios, un Dios, como tu y como yo.
Todos somos uno, nosotros mismos como un todo somos nuestro único Dios.
Debemos amarnos los unos a los otros, debemos amarnos como un todo, debemos amar a Dios.
Yo soy el hijo de Dios dijo cristo y todos se sorprendieron de esta verdad obvia ya que todos somos hijos de Dios. Si, tu también eres hijo de Dios.
Yo soy Dios también es una verdad evidente ya que todos somos Dios.
Nada de esto es especial, cristo era una persona, un humano, como tu y como yo.
Un hijo de Dios, un Dios, como tu y como yo.
Todos somos uno, nosotros mismos como un todo somos nuestro único Dios.
Debemos amarnos los unos a los otros, debemos amarnos como un todo, debemos amar a Dios.


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